Manuel Granados

Revista ZocoFlamenco (I), nº13, dic. 2016-enero 2017

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[Texto original de opinión (según una entrevista realizada a Manuel Granados) en la Revista ZocoFlamenco, nº13, dic. 2016-enero 2017, pp. 10-11]

FORMACIÓN DE GRADO SUPERIOR DE LA GUITARRA FLAMENCA

Manuel Granados. Concertista, Pedagogo y Profesor de Grado Superior de Guitarra Flamenca del Conservatorio del Liceu de Barcelona. 

Mi experiencia como profesor de guitarra flamenca se inició a finales de la década de los ochenta en el «Aula de Guitarra Flamenca», ubicada en la Asociación Musical de Maestros Directores de Orquestas de Barcelona, y tuvo continuidad con la anexión del Aula en el año 1993 al Conservatorio Superior de Música del Liceu de Barcelona, conservatorio que se convirtió en aquellos años en el primer centro musical superior en Cataluña que incorporó la guitarra flamenca como especialidad. Desde entonces hasta ahora, sin interrupción, han sido 25 años de enseñanza de guitarra flamenca en el Conservatorio del Liceo, conmemoración que en el curso 2017-2018 vamos a celebrar con distintos actos.

 

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Manuel Granados

    Después de estos casi veinticinco años al cargo del departamento de guitarra flamenca, he de decir que la situación actual de la formación reglada de la especialidad de guitarra flamenca es la que siempre hemos querido, trabajado y defendido todos aquellos que hemos considerado que el lugar idóneo para su estudio sea el mismo que otros instrumentos de otras especialidades musicales: los conservatorios y las escuelas de música de grado medio y superior, y que su reconocimiento esté a la altura del esfuerzo que representa llegar a ser un profesional de este campo.

    La tendencia es ir a más número de alumnos que se interesen por esta licenciatura y el reto acrecentar y potenciar el nivel medio o grado profesional de los estudios reglados de
guitarra flamenca para acceder al grado superior con plenas garantías instrumentales pero también con una preparación óptima para afrontar las numerosas asignaturas que complementan la especialidad.

   En las primeras décadas del siglo XX, Barcelona vivió un gran auge guitarrístico flamenco por ser residencia estable de Miguel Borrull, padre, quien aportó una visión concertística más formal, y que luego heredaría Ramón Montoya y Miguel Borrull, hijo, vinculada esencialmente por su acercamiento a las corrientes clásicas de la época, Tárrega, LLobet o Pujol. Esto también daría lugar a una visión pedagógica del instrumento más seria que en el resto del país, prueba de ello es la labor de Antonio F. Serra o Andrés Batista y la gran difusión de obra didáctica que desde Barcelona se fue realizando desde los años 80 del siglo pasado hasta el presente.

    Cuando yo di comienzo mi trabajo pedagógico a finales de los años ochenta no había metodología escrita sobre técnica instrumentística específica para grado medio o superior, ni publicaciones de obras de repertorio como las hay hoy, ni labor desarrollada para las disciplinas de Armonía del Flamenco o Análisis formal de los estilos, asignaturas de vital importancia para complementar la especialidad. Este trabajo lo fui desarrollando y publicando mediante obras sobre armonía, composición e instrumentación, obras que fueron abarcando desde el análisis musical y estilístico del género flamenco al estudio técnico del instrumento.

 

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   Todas estas disciplinas se complementan en el conservatorio con asignaturas de obligado cumplimiento impartidas por la flamencóloga María Jesús Castro, Repertorio Flamenco, Historia del Flamenco y Flamencología, junto a las propiamente instrumentales, como la de acompañamiento al cante. Todo ello nos ha permitido ofrecer un curriculum propio y altamente especializado.

    De esta manera en la actualidad el alumno no es ya un mero instrumentista capaz, ahora tiene una formación amplia intelectualmente bajo el punto de vista musical; todo ello le amplía el marco para desarrollarse profesionalmente y le acerca a una realidad musical y de mercado más plural y variada.

   Obviamente nada tiene que ver con las décadas pasadas, el interés ahora no viene dado por unas raíces o unos vínculos sentimentales, sino que los alumnos vienen de todos los ámbitos y sus aspiraciones son múltiples, concertísticas, pedagógicas, acompañantes, de fusión con otras disciplinas, etc. Hoy se vive en una realidad musical muy distinta al pasado reciente y es importante que el ámbito académico sepa también estar a la altura de esta nueva realidad.

Guitarristas flamencos en Cataluña
La cantera de guitarristas flamencos en Cataluña es muy amplia e independientemente de los nombres que destacan en el acompañamiento o de guitarrista de concierto a nivel nacional, también hay un gran número de profesionales que aunque menos conocidos están desarrollando un gran trabajo pedagógico en los diferentes centros académicos de Cataluña y en el resto de España; son éstos los que desde la sombra generalmente realizan un trabajo de transmisión y divulgación de la guitarra flamenca que afianza y da la fuerza para que este instrumento siga teniendo un futuro muy competitivo en el marco musical internacional.

Podemos mencionar a José Andrés Cortés, David Leiva, Nacho Estévez, Paco Heredia, Alejandro Montserrat, entre otros, o formaciones estables, como el Cuarteto de Guitarras Flamencas «Al-hamra” y el Dúo de Guitarras Flamencas «Almoraima», por ejemplo, son en actualidad reconocidos profesionales salidos de las aulas del Conservatorio del Liceu de Barcelona.

 

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El mundo del flamenco, y en especial quienes dedican su labor a la difusión, deben ser conscientes de que la guitarra flamenca posee una fuerza y una estética personalísima, con una abundancia de recursos inagotables, siendo en la actualidad uno de los instrumentos más venerados del universo musical. Como tal, la guitarra flamenca es hoy una expresión musical que expande sus fronteras más allá de su marco geográfico pero, sin embargo, la trayectoria artística del instrumento no se corresponde con una evolución pedagógica en el ámbito académico.

   Quisiera desde aquí hacer un alegato en defensa de la enseñanza de la guitarra flamenca mediante unos estudios oficiales y académicamente reglados. Todavía hoy son muchos los escépticos y detractores que defienden la exclusiva utilización del sistema tradicional, el cual, a pesar de su importancia histórica, es insuficiente en nuestros días.
Pretender evitar la utilización de los conocimientos pedagógicos y musicales en este tipo de enseñanza es querer mantener una complicada transmisión generacional del toque que desgraciadamente imposibilita al alumno para afrontar en el futuro los retos que le esperan y llegar a ser un profesional altamente cualificado.

 

Concertista, compositor y pedagogo de reconocido prestigio internacional, Manuel Granados realizó estudios de guitarra flamenca con el célebre maestro Miguel Borrull (hijo) y con el prestigioso concertista y pedagogo Antonio Francisco Serra. Su labor como guitarrista de concierto le ha llevado a realizar numerosas giras por Europa, América y Oriente Próximo. De su labor pedagógica destacamos los master class y conferencias especializadas que imparte regularmente en importantes universidades y conservatorios de todo el mundo. Impulsor de la normalización académica de la guitarra flamenca, Manuel Granados ha sido profesor del P. New York Traveling Teatre y del National & Spanish Guitar Institut de Nueva York (EE.UU.), fundador y Director del Aula de Guitarra Flamenca de Barcelona y desde 1992 es Director de Departamento y Profesor de Guitarra Flamenca del Conservatori Superior de Música del Liceu de Barcelona. 

ANTONIO FRANCISCO SERRA

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[Si quieres utilizar el texto como referencia: Castro Martín, María Jesús, «Antonio Francisco Serra». Magisterio flamenco. María Jesús Castro. 15 de agosto de 2017. https://magisterioflamenco.wordpress.com. (fecha de acceso)]


Copyright by María Jesús Castro, 2015

 

El guitarrista clásico y flamenco Antonio Francisco Serra representa en sí mismo la hermandad entre dos ámbitos diferenciados, el de la guitarra clásica, perteneciente al ámbito de la música artística, y el de la flamenca, más próxima a la popular. Sus orígenes profesionales se sitúan en el ámbito familiar de los gitanos catalanes, siendo su padre quien le enseñó a tocar, guitarrista semi-profesional que a su vez era maestro. Las dotes de guitarrista que demostró el pequeño Antonio condicionaron la inquietud del padre por la ampliación del aprendizaje del joven alumno, quien inició estudios de guitarra clásica junto a Miguel Llobet, Emilio Pujol y Francisco Alfonso. Estos estudios, que fueron realizados en el Conservatorio del Liceu y la Escuela Municipal de Música, ambos en Barcelona, fueron largamente completados con una vasta formación en historia, estética, armonía, contrapunto, fuga y formas musicales, teniendo de maestro a Joaquín Zamacois, y diplomado en vihuela, bajo la dirección de Emilio Pujol.

 

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Imagen realizada por Manuel Granados al Maestro Serra en su estudio de la calle Cerdeña de Barcelona, en el año 1980, con su guitarra Simplicio. (Archivo Manuel Granados)

 

Esta sólida formación musical, junto con sus conocimientos técnicos de la guitarra clásica, favoreció que Serra se introdujera en el circuito de música artística de la ciudad de Barcelona desde temprana edad: en 1934 consta un concierto que realizó en una de las salas más famosas de Barcelona, la Sala Mozart, con una gran acogida entre el público; a mediados de la década de los cuarenta interpretó un recital de vihuela junto a Magda Espinet, así como entre los años 50 y 60 ofreció una ilustración musical de la figura de Tárrega en el local de actividades culturales y literarias Trascacho de Barcelona.

Por su parte, se sabe que adquirió conocimientos de guitarra flamenca, quizás en su entorno familiar, aunque no se tienen referencias en esta primera etapa de que tocara en público conciertos de guitarra solista flamenca: un único dato, que en 1953 participó en el Teatro Calderón en un espectáculo-homenaje a El Príncipe gitano, en cuyo cartel publicitario aparece el nombre de Antonio Francisco Serra «famoso concertista de guitarra» (Ver Nota 1 a pie de página), pero no consta el repertorio que interpretó (Ver Nota 2).

 

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(Imagen extraída del blog Historias de flamenco aquí)

 

Según esta trayectoria artística, su primer Long Play en 1950 recogió el repertorio clásico-romántico de la guitarra de concierto, «Spanish Guitar Classics» con obras como pavanas, minueto, Serenata española o Asturias.

El progresivo éxito de Serra como guitarrista clásico se afianzó a nivel internacional con su establecimiento en la capital francesa desde el año 1954, ciudad en la que el circuito guitarrístico clásico había sido iniciado por Emilio Pujol y Llobet, entre otros. Desde París, Serra llevó a cabo distintas giras por las principales capitales europeas, así como en el Norte de África y Japón, éxitos que propiciaron la adjudicación de una plaza de profesor en el Conservatorio de Luxemburgo de París en el año 1973.

Seguramente, la formación de Antonio Francisco Serra como guitarrista de flamenco la recibió principalmente a través de la discografía: no consta su maestría en el acompañamiento al cante ni al baile, ni sus contactos con tocaores de la Barcelona flamenca de entonces, exceptuando los círculos familiares. Los consejos que Serra dio a Batista quizás revelan el proceso de aprendizaje que el propio guitarrista catalán hiciera:

«Estos conocimientos [de teoría musical] te ayudarán mucho en tu correcta formación como guitarrista flamenco y mientras puedes oír los discos de buenos tocaores que acompañan a cantaores de renombre como: Ramón Montoya a Antonio Chacón, Miguel Boruul (hijo) a José Cepero, Manuel Vallejo; Niño Ricardo a Juan Varea y Canalejas de Puerto Real; Melchor de Marchena a La Niña de los Peines, Manolo Caracol y Antonio Mairena, etc. Apréndete sus falsetas, ritmos y la forma de acompañar de cada uno y analiza el toque en función al cante y a su intérprete, ya que el mismo estilo según sea el cantaor varía» (Ver Nota 3).

Llama la atención que supuestamente el aprendizaje del flamenco lo hiciera Serra a través de los toques de acompañamiento, no de los toques solistas y de la discografía ya grabada por otros guitarristas como Luis MaravillaSabicas.

Por su parte, la trayectoria de Antonio Francisco Serra en la guitarra flamenca se orientó hacia el concertismo y, en especial, mediante la colaboración del también guitarrista gitano catalán, Andrés Batista, seguramente favorecida por los vínculos personales que tenían, tío y sobrino respectivamente.

 

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(Imagen extraída de la web de Andrés Batista aquí)

 

La aportación original del dúo de guitarras entre Antonio Francisco Serra y Andrés Batista radica en que, a diferencia de otros dúos de moda en la época, como Sabicas y Mario Escudero, Serra y Batista ofrecían un repertorio combinado de clásico y de flamenco, ductualidad guitarrística factible entre los concertistas flamencos pero escasamente evidenciado entre los guitarristas clásicos.

Entre las actuaciones del dúo destaca la gira realizada por Japón en el año 1968 con un repertorio dividido en dos partes en las cuales la primera parte era interpretada con obras clásicas, y dúo final, mientras que la segunda lo era con estilos flamencos, con dúo final con farruca y garrotín. Igualmente, en las grabaciones realizadas en el año 1963, «Punteo flamenco», en el repertorio del dúo destacan las obras de garrotín, alegría, farruca y zapateado. Esta última obra se incluyó en el disco con temas populares japoneses concedidos al público nipón, «Poetic sentiment of Japan with flamenco guitar» grabado en 1968 (Ver Nota 4).

En la trayectoria profesional de Serra, y en relación con la guitarra flamenca, destaca su labor pedagógica así como sus publicaciones didácticas. De su excelente maestría es resultado el elevado número de alumnos directos en activo. Entre ellos, sobresalen en la guitarra flamenca Andrés Batista, a quien a finales de los años cuarenta dio clases Serra, así como Manuel Granados, a finales de los setenta, y en la guitarra clásica Joan Planas Pahissa.

Por su parte, la publicación de obras didácticas la llevó a cabo Serra a partir de finales de los años setenta, ya de vuelta en Barcelona después de su período parisino. Curiosamente, de los cuatro métodos de estudio que publicó, tres están orientados a la guitarra flamenca y sólo uno a la guitarra clásica, tendencia inversa a su dedicación concertística que, como hemos apuntado, es preferentemente del ámbito clásico.

Principalmente, son dos las aportaciones que Antonio Francisco Serra realizó a la pedagogía de la guitarra flamenca a través de sus métodos de estudio: el concepto progresivo en la enseñanza y la formalización de la escritura musical de técnicas propias del toque flamenco como el rasgueo.

Su primer método «Guitarra Flamenca. Iniciación para sus toques en música y cifra» (1979) destaca por dicho concepto progresivo en el aprendizaje, concepto no expuesto en los métodos de guitarra flamenca con anterioridad publicados, desde un nivel de iniciación hasta un mayor desarrollo. Este concepto se mantendrá en sus posteriores publicaciones «Introducción a la guitarra flamenca. Ejercicios de iniciación técnica» (1992) y «Guitarra flamenca. Metodología y técnica». En comparación, su única obra para guitarra clásica publicada en 1984, directamente está pensada para un alumno de nivel técnico superior (Ver Nota 5).

 

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(Imagen extraída del blog Las Seis Cuerdas aquí)

 

Conocedor del método oral habitual del aprendizaje de la guitarra flamenca, todavía en los años ochenta del siglo XX, Serra argumentó los objetivos de su obra «para guiar a todos aquello aficionados a la música de guitarra flamenca y que, por razones diversas, no han tenido o no tienen acceso a un buen profesor» con el fin de encauzar el aprendizaje del toque flamenco desde la base con un sistema de enseñanza mediante la transmisión escrita.

Por su parte, la importancia de la obra pedagógica de Serra también radica en la formalización de la notación guitarrística flamenca ya que, como apuntan Sabicas y Mario Escudero en la introducción de la obra publicada por Serra en el año 1979:  «Llenan absolutamente la laguna que hasta la fecha teníamos sobre la escritura musical del ‘Rasgueo flamenco’, así como la forma de tratar algunas variaciones.» Y los motivos que argumentan ambos guitarristas para reconocer la valía de dichas notaciones es porque «La justeza y precisión en que es expuesto el sentido del ‘rasgueo’, permite interpretarlo correctamente aventajando a todo cuanto se ha escrito sobre esta materia.» Adecuación de la notación en un sentido prescriptivo, idónea para una correcta interpretación.

Antonio Francisco Serra fue uno de los primeros guitarristas en publicar una metodología rigurosa en la guitarra flamenca. Su casi nula presencia en la discografía flamenca y la innovación que en la década de los ochenta y principios de los noventa representó su obra pedagógica para el gran público, en una época aún incipiente para el aprendizaje de la guitarra flamenca según los métodos escritos, hizo que el desconocimiento de Serra fuera casi total, con la excepción de sus principales alumnos flamencos, Andrés BatistaManuel Granados, quienes han transmitido sus conocimientos y su escuela a las nuevas generaciones de guitarristas.

La dualidad de Serra entre ser guitarrista clásico y flamenco, lejos de ser un valor positivo como en el caso de Manuel Cano, no facilitó el reconocimiento de su valía, ya que desde el clásico se le considera flamenco, principalmente por sus métodos y por el desconocimiento de su faceta concertística clásica, excepto también gracias a la difusión y transmisión de su obra entre sus alumnos clásicos, como el guitarrista Juan Mario Cuéllar, mientras que en el flamenco se le considera un guitarrista clásico, valorando más su carrera concertística clásica y desconociendo su aportación al género flamenco.

Sin embargo, Antonio Francisco Serra ha sido el pilar fundamental en el que se asienta la actual guitarra flamenca de concierto en Cataluña, principalmente a través del inicio de la normalización de la notación flamenca y del legado pedagógico dejado a sus alumnos. A su vez representa la imagen más característica del flamenco catalán, al reunir en su figura las principales influencias que particularizan el toque flamenco en Cataluña: ser gitano catalán, con relaciones internas con los gitanos castellanos flamencos, como la familia Borrull, y a su vez con el ambiente gitano rumbero de los barrios barceloneses de Hostafrancs y La Bordeta, así como ser uno de los primeros guitarristas concertistas flamencos que tuvieron una sólida formación clásica-flamenca que le permitió elevar el nivel guitarrístico flamenco en la Ciudad Condal y transmitirlo a las nuevas generaciones.

 

NOTAS

  1. Ver el blog: Montse Madridejos. 17 de diciembre de 2014. http://www.historiasdeflamenco.com/antonio-francisco-serra-maestro-de-maestros/ (27 de julio de 2016).
  2. Los vínculos familiares entre las familias Serra y Castelló quizá fueran el motivo de la participación de Antonio Francisco Serra en dicho homenaje.
  3. Ver el blog: Andrés Batista. 2016 http://www.andresbatista.es/biografia.html (27 de julio 2016).
  4. Ver. Montse Madridejos. 28 de febrero de 2016. http://www.historiasdeflamenco.com/punteo-flamenco-de-batista-y-serra/ (27 de julio de 2016).
  5. Bibliografía de SERRA, Antonio Francisco: 17 Estudios para guitarra. Técnico-superiores. 1988, Barcelona: Music Distribución; Guitarra flamenca. Metodología y técnica. Sistema progresivo por música y cifra. Madrid: Carisch; Introducción a la guitarra flamenca. Ejercicios de iniciación técnia. 1992, Barcelona: Music Distribución.